Bronnie Ware, una enfermera australiana dedicada a ofrecer cuidados paliativos a pacientes con enfermedades terminales, compartió reveladoras introspecciones sobre los arrepentimientos más comunes que se expresan en los últimos días de las personas.
— No haber sido fiel a mí mismo: “la mayoría de las personas no han cumplido ni la mitad de sus sueños. La salud brinda una libertad que muy pocos conocen, hasta que ya no la tienen”.
— Haber trabajado tanto: “la mayoría de los hombres lamentaban profundamente pasar la mayor parte de sus vidas en una rutina de trabajo”.
— No haber expresado mejor lo que sentía: “muchas personas reprimieron sus sentimientos para mantener la paz con los demás”.
— Haber dejado de lado a sus amigos: “todos extrañan a sus amigos cuando están a punto de morir”.
— No haber sido más feliz: “muchos no se dieron cuenta de que la felicidad no es un estado, sino una elección”.
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Ware menciona que la lucidez que las personas alcanzan al enfrentar la muerte les permite hacer una retrospectiva aguda y confrontar verdades incómodas, además de la reconsideración de la vida en sí misma.
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Estos descubrimientos dan voz a los sentimientos más íntimos de aquellos en su último tramo de existencia, actuando como recordatorios y reflexiones para todo aquel que aún tienen la oportunidad de dar forma a trayectorias vitales.