Cortesía: Mayo Clinic
El Día Internacional del Linfedema, celebrado el 6 de marzo, es una ocasión significativa para aumentar la conciencia sobre esta condición médica poco conocida y promover la comprensión, el apoyo y la investigación para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. El linfedema es una enfermedad crónica que se caracteriza por la acumulación de líquido linfático, provocando inflamación en ciertas partes del cuerpo.
Este día busca educar a las personas acerca de los desafíos que enfrentan las personas que viven con linfedema, destacando la importancia de la detección temprana, el diagnóstico adecuado y la gestión integral de la enfermedad. El linfedema puede afectar la movilidad, la función de los miembros afectados y la calidad de vida de quienes lo padecen, pero con un abordaje adecuado, es posible mejorar su bienestar.
Un síntoma evidente es el aumento del tamaño del brazo, ocasionado por la retención de líquidos en el espacio entre la piel y la aponeurosis, la capa que recubre los músculos. Además, los pacientes pueden experimentar otros síntomas como la sensación de piel tirante, disminución de la flexibilidad en articulaciones afectadas, cambios en la sensibilidad y temperatura de la zona comprometida.
Los factores de riesgo de esta enfermedad crónica incluyen la extensión del procedimiento quirúrgico, posibles complicaciones postoperatorias como infecciones, tratamientos de radioterapia, y factores relacionados con la contextura física del paciente, como el sobrepeso y la obesidad.
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Es fundamental abordar el linfedema de manera oportuna y adecuada para evitar que se convierta en una enfermedad discapacitante grave. En la mayoría de los casos, puede ser reversible mediante el control del exceso de líquido en los tejidos, aliviando el dolor y restaurando la funcionalidad del cuerpo.
Asimismo, la prevención de la acumulación de líquido es esencial, y se aconseja a los pacientes evitar golpes y heridas en el brazo que puedan derivar en infecciones, así como cuidar la piel del sol, mantenerla hidratada, utilizar ropa y accesorios que no compriman la zona afectada, evitar el calor excesivo y abstenerse de hacer esfuerzos físicos.