Foto: NASA
En 2016, la NASA envió al espacio exterior la nave espacial OSIRIS-REx con la misión de recolectar una muestra rocosa y de polvo de la superficie del asteroide Bennu, que se encuentra cerca de la Tierra. Antes se han analizado muestras de otros objetos rocosos espaciales, pero de forma accidental, no recolectadas, por lo que esta tiene el rol de pionera.
Este domingo, 24 de septiembre, llegó a la Tierra la cápsula enviada por OSIRIS-REx que contiene la muestra recolectada. La misión en su conjunto completo se vivió como toda una odisea para la NASA, que estuvo transmitiendo desde por la mañana el despliegue utilizado para el aterrizaje de la cápsula en el desierto de Utah.

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A pesar de que esta fue lanzada por OSIRIS-REx desde la fuera de la órbita terrestre, por lo que en su trayectoria de bajada alcanzó velocidades y fuerzas de resistencia de hasta 32G, la cápsula llegó sin daño alguno al Campo de pruebas y entrenamiento de UTAH, donde fue recogida por un helicóptero y posteriormente trasladada a al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, el lunes 25.
“Esta misión ayudará a los científicos a investigar cómo se formaron los planetas y cómo comenzó la vida, además de mejorar nuestra comprensión de los asteroides que podrían impactar la Tierra”, indicó la agencia espacial a través de un comunicado.
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Hasta el momento, se conoce que la muestra recogida por esta misión es de aproximadamente 250 gramos y está siendo estudiada en una “sala limpia”, por los mejores científicos en conservación de material espacial de la NASA.
Mientras tanto, OSIRIS-REx cambiará el nombre de su misión por OSIRIS-APEX, y se dirige actualmente al asteroide Apophis, con la misma intención. La nave demoró dos años llegando a Bennu, allí demoró otros dos años inspeccionándolo, hasta que en 2020 recolectó esta muestra, que esta semana completó los siete años de misión espacial.