Esta madrugada inició un nuevo proceso de diálogos de paz en el territorio colombiano, después de que el Gobierno Nacional anunciara el comienzo formal de estos con la Segunda Marquetalia, la disidencia de las extintas Farc dirigida por Iván Márquez. El anuncio se dio a través de un comunicado firmado por el Alto Comisionado para la Paz y el jefe guerrillero.
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Este sería el tercer proceso de diálogos de paz que inicia el Gobierno liderado por Gustavo Petro desde que es presidente, junto con la ya adelantada mesa de diálogos con el ELN y el actual cese al fuego bilateral con el Estado Mayor Central o disidencias de ‘Iván Mordisco’. Las negociaciones con la Segunda Marquetalia habían sido iniciadas por el anterior comisionado Danilo Rueda sin éxito alguno.
Dentro del documento se expresaron once acuerdos entre ambas partes, manifestando especialmente una coincidencia “en adelantar un proceso de paz que garantice la vida y la seguridad de quienes se comprometan en él, sin incumplimientos ni entrampamientos a fin de brindar la debida confianza”.
#Atención 🚨 I Declaración conjunta entre el Gobierno Nacional y la organización armada rebelde Segunda Marquetalia. pic.twitter.com/TEcL3kOPxD
— Alto Comisionado Paz (@ComisionadoPaz) February 9, 2024
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Así, con el anuncio de este inicio formal del proceso de diálogos, se comunicó que próximamente se adelantarán la definición de la agenda, los protocolos de negociación y la instalación de la Mesa de Diálogos de Paz. Además, ambas partes solicitaron la participación en este proceso de los gobiernos de Cuba, Noruega y de Venezuela como países garantes, además de la presencia de la Misión de las Naciones Unidas en Colombia y de la Conferencia Espicopal.
Según lo firmado por Iván Márquez, la guerrilla estaría siguiendo “con atención e interés” las políticas de paz total instauradas por el presidente Gustavo Petro, sobre todo aquellos que contribuyan a superar la violencia y el conflicto armado. Además, aseguraron estar completamente desmarcados de los secuestros con fines extorsivos y del cobro de ‘vacunas’ ilegales a las economías populares como métodos de financiación.