Foto: NASA
Chile enfrentó cambios atípicos en su temperatura a comienzos de la temporada de invierno durante 2023, llegando a registrar hasta 38 grados en algunos de los puntos más fríos de la Cordillera de los Andes. A pesar de esto, el hielo se mantuvo en la cadena montañosa, superando incluso los niveles de 2021.
El invierno austral, que afecta a Chile y Argentina, se produce a mitad de año, a diferencia de como ocurre en el hemisferio norte. Por ello, desde finales de junio hasta finales de septiembre se producen las corrientes frías y nevadas en el sur del continente. El deshielo en las montañas andinas ocurre entre octubre y diciembre.
Durante la primera semana de agosto, la Dirección Meteorológica de Chile emitió una alerta debido a las altas temperaturas que se registraron en el centro y norte del país, sobre todo en algunos picos precordilleranos. En estos puntos, la poca nieve que se había alcanzado a concretar dejó de verse.
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Sin embargo, la Cordillera chilena no se dejó atacar por esta ola de calor. A pesar de que se ha evidenciado una disminución pareja del área cubierta de nieve a lo largo de la cordillera en los últimos 15 años, en algunos de los años más recientes se ha mantenido la esperanza de conservar los picos glaciares en el país. Esto, teniendo en cuenta que en 2021 se presentó un deshielo acelerado, siendo el invierno con menor área cubierta de nieve en las últimas décadas.
Para octubre de 2023, “al comienzo del verano en el hemisferio sur, la nieve estacional aún cubría los Andes”, a pesar de haber comenzado la etapa de deshielo. Así lo registraron el Observatorio de Nieve en los Andes de Argentina y Chile y la NASA, reflejando la diferencia entre esta fecha y la misma de hace dos años.
