El Informe Global sobre Hepatitis 2024 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela un aumento en el número de muertes debido a la hepatitis viral, convirtiéndola en la segunda causa infecciosa de muerte a nivel mundial, con 1,3 millones de muertes por año, igualando a la tuberculosis en mortalidad.
A pesar de mejoras en el diagnóstico y tratamiento, así como la reducción de precios de los productos, las tasas de cobertura de pruebas y tratamiento se han estancado. Sin embargo, la OMS cree que todavía es posible alcanzar el objetivo de eliminación de la hepatitis para 2030 con medidas rápidas.
El informe indica que el número estimado de muertes por hepatitis viral ha aumentado de 1,1 millones en 2019 a 1,3 millones en 2022, con el 83% causado por hepatitis B y el 17% por hepatitis C. Diariamente, unas 3.500 personas mueren en todo el mundo debido a estas infecciones.
A pesar de una ligera disminución en la incidencia de nuevas infecciones, la carga de hepatitis viral sigue siendo alta. En 2022, hubo 2,2 millones de nuevas infecciones, con 1,2 millones de ellas por hepatitis B y casi 1 millón por hepatitis C.
A nivel mundial, solo el 13% de las personas con infección crónica por hepatitis B y el 36% de las personas con hepatitis C han sido diagnosticadas. Además, solo el 3% de los diagnosticados con hepatitis B y el 20% con hepatitis C han recibido tratamiento.
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Las disparidades regionales y de precios persisten, con la Región de África soportando una gran carga de nuevas infecciones por hepatitis B y la Región del Pacífico Occidental experimentando una alta mortalidad por hepatitis B pero una baja cobertura de tratamiento.
El informe recomienda acciones para promover un enfoque de salud pública frente a la hepatitis viral, incluyendo ampliar el acceso a pruebas y diagnósticos, pasar de políticas a implementaciones efectivas, fortalecer la prevención en atención primaria, simplificar la prestación de servicios y movilizar financiamiento innovador.
La financiación sigue siendo un desafío, tanto a nivel mundial como dentro de los presupuestos de salud de los países, y se necesitan estrategias para abordar estas desigualdades y acceder a herramientas a precios más asequibles.
