Cortesía: @alertamundial
En un caso que ha conmocionado a la comunidad de San José y más allá, Arely Naomi Proctor, una niña de tan solo 8 años, fue encontrada muerta en circunstancias extremadamente trágicas dentro de la Iglesia Apóstoles y Profetas, según informes de KRON 4. El descubrimiento tuvo lugar el 24 de septiembre de 2021, pero los detalles que han surgido recientemente en documentos judiciales arrojan luz sobre la oscuridad que rodeó sus últimos momentos.
De acuerdo con la Fiscalía del Condado de Santa Clara, representada por Rebekah Wise, el cuerpo de Arely presentaba múltiples heridas resultado de un presunto exorcismo llevado a cabo por su propia familia. Su madre, Claudia Hernández, junto con su tío, René “Aaron” Hernández Santos, y su abuelo, René Trigueros Hernández, enfrentan cargos por este acto desgarrador, acusados de agredir a un niño menor de 8 años causando su muerte.
Los documentos judiciales revelan una narrativa escalofriante donde se menciona que Arely fue sometida a un violento asalto físico por sus familiares directos en un intento por «liberarla» de lo que ellos creían era un demonio. La Fiscal Rebekah Wise detalló que la víctima intentó desesperadamente defenderse y comunicarse con sus agresores, llegando a expresar amor por su madre en medio del tormento.
La familia se declaró no culpable de los cargos y se encuentra a la espera de una decisión judicial, prevista para el 10 de mayo, sobre si el caso procederá a juicio. Este evento ha reavivado el debate sobre las prácticas religiosas extremas y su impacto en la salud mental y física de los más vulnerables.
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Un médico forense concluyó que la causa de la muerte fue asfixia mecánica y sofocamiento, lo que resultó en una serie de lesiones graves. Estos hallazgos han sido fundamentales para la investigación y el proceso legal en curso.
La confesión de Claudia Hernández a la policía, junto con sus afirmaciones de comunicación divina previas a la muerte de Arely, plantean preguntas profundas sobre la influencia de las creencias personales en las acciones hacia los demás, especialmente los indefensos. Este caso ha sacudido los cimientos de la comunidad de San José, dejando a muchos en busca de respuestas y justicia para Arely.
