Martín Sánchez, experto en neurociencia, arroja luz sobre los efectos del alcohol en el cerebro, explicando cómo una sola noche de excesos puede resultar en la pérdida de un millón de neuronas.
El alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central, afectando la comunicación entre las células cerebrales y desencadenando daños en la función sináptica.
La sobreexcitación neuronal causada por el aumento en la liberación de neurotransmisores excitatorios, combinada con la disminución general de la actividad neuronal, crea un ambiente propicio para la pérdida celular. Esta pérdida no solo tiene implicaciones a corto plazo en la coordinación y el juicio, sino que también puede afectar a funciones cognitivas clave como la memoria y el aprendizaje a largo plazo.
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