El 25 de abril se celebra el Día Mundial del Paludismo, establecido por la Organización Mundial de la Salud en 2007. El lema de 2024 es «Acelerar la lucha contra el paludismo para un mundo más equitativo».
A pesar de los avances logrados, la reducción de la malaria se ha estancado en los últimos años, especialmente en la Región de África, que carga con la mayor parte de los casos mortales. Se reconoce que grupos vulnerables como mujeres embarazadas, niños menores de 5 años, refugiados, migrantes y pueblos indígenas son los más afectados y que no tienen acceso adecuado a los servicios de salud necesarios debido a diversas barreras.
En 2022, la carga global de paludismo fue considerable, con 249 millones de casos y 608.000 muertes registradas en 85 países. La Región de África de la OMS sigue siendo la más afectada, concentrando el 94% de los casos y el 95% de las muertes relacionadas con la enfermedad en el mismo año.
El paludismo, una enfermedad transmitida por mosquitos, es prevenible y tratable, pero sigue siendo un problema de salud pública importante en muchas partes del mundo, especialmente en zonas tropicales. Los síntomas varían desde leves, como fiebre y dolor de cabeza, hasta graves, como convulsiones y dificultad para respirar. Las personas con mayor riesgo de complicaciones graves incluyen a los niños pequeños, las mujeres embarazadas y las personas con VIH/sida.
Para prevenir el paludismo, se recomienda evitar las picaduras de mosquitos y, en algunos casos, tomar medicamentos profilácticos antes de viajar a zonas donde la enfermedad es común. El control de vectores, como el uso de mosquiteros tratados con insecticida, es fundamental para reducir la transmisión de la enfermedad.
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Aunque existen tratamientos efectivos, como la terapia combinada con artemisinina, la resistencia a los medicamentos antipalúdicos es una preocupación creciente. La vigilancia continua y una respuesta rápida son clave para combatir esta resistencia y avanzar hacia la eliminación del paludismo en todo el mundo.
A pesar de los desafíos, algunos países han logrado avances significativos en la eliminación del paludismo. La vigilancia cuidadosa y las estrategias de control son esencial para mantener estos logros y avanzar hacia la meta de un mundo libre de paludismo.