En lo que va del año, Panamá ha reportado que más de 308.000 migrantes irregulares han atravesado la selva del Darién desde Colombia, pronosticando que para finales de diciembre esta cifra podría llegar al medio millón. Esta situación, sin duda, genera caos en el flujo migratorio del país, haciendo que se tengan que tomar medidas drásticas.
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El Gobierno de Panamá confirmó la creación de la campaña ‘Darién no es una ruta, es una jungla’, para generar conciencia ante la crisis migratoria que sufre esta zona. A través del ministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, el Gobierno panameño se ha visto rebasado en cuanto a capacidades para la atención de los migrantes irregulares.
“A pesar de todos los esfuerzos, las reuniones con los países involucrados no ha sido posible lograr un alto”, indicó Pino, añadiendo que cada día cruzan este tapón entre 2.500 y 3.000 personas. La campaña busca “desincentivar el flujo migratorio de irregulares por el Darién mostrando la realidad a lo que se enfrentan quienes emprenden esta peligrosa travesía”.
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El Gobierno explicó que tuvo que recurrir a medidas como esta campaña debido a que la situación se va haciendo cada vez más insostenible. Además, argumentaron el daño del que está siendo víctima este paso selvático, puesto que es una zona considerada Reserva de la Biósfera, incluyendo el Parque Natural más grande de toda Centroamérica. “60 mil toneladas de basura se han recogido del lugar, los ríos están contaminados por basura y desechos humanos” dijo Jorge Gobea, director del Servicio Nacional de Fronteras.
Ante esto, el ministro Pino aclaró que durante la próxima semana, seis ministerios estarán visitando el área para tomar decisiones. Dentro de estas, existiría la posibilidad de cerrar la frontera con Colombia, puesto que, de acuerdo con Pino, hay países del sur que no están lo suficientemente comprometidos con esta situación, evitando el paso irregular a través de este sector selvático. En palabras de Pino: “lógicamente Panamá tiene que tomar sus decisiones internas y externas”.
