El Tribunal Superior de Bogotá ha confirmado la condena contra Jaime Ernesto Gil Corredor, representante legal de una constructora, por los graves daños ambientales ocasionados durante la construcción de una mansión en un área protegida de los cerros orientales de Bogotá.
Las pruebas presentadas por la Fiscalía General de la Nación fueron concluyentes, demostrando que entre 2014 y 2016 se erigió una residencia de lujo de tres niveles, valuada en más de 6.000 millones de pesos, en un predio conocido como El Bambú, ubicado en el sector Bagazal.
Durante la ejecución del proyecto, se llevó a cabo una deforestación agresiva que implicó la tala de al menos 2.000 árboles nativos, así como la remoción del bosque natural y la alteración del cauce de la quebrada Los Rosales para crear un lago artificial en la propiedad.
Estas acciones causaron graves perjuicios al ecosistema local, como lo certificaron el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y la Secretaría de Ambiente de Bogotá.
Como consecuencia de estos actos, Gil Corredor fue sentenciado a 88 meses de prisión y a pagar una multa equivalente a 200 salarios mínimos legales vigentes.
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Gil ha sido hallado culpable de los delitos de daño en los recursos naturales agravado e invasión de áreas de especial importancia ecológica conforme a la legislación colombiana.
La Fiscalía destaca que esta sentencia envía un claro mensaje a la sociedad sobre la protección del medio ambiente y la penalización de aquellos que lo destruyen para beneficio propio. En este caso, se logró preservar la integridad de los cerros orientales de Bogotá y garantizar su conservación para las generaciones futuras.
