La literatura rusa es una de las más nutridas en todo el continente europeo, sobre todo en lo que se refiere a una época que, en comparación con la victoriana en occidente, formó el pensamiento y los valores morales de la Rusia presoviética. Uno de sus mayores exponentes fue Fiodor Dostoievski, conocido por novelas como ‘El idiota’ o ‘ Crimen y castigo’.
A pesar de su reconocimiento y admiración por millones de rusos, Dostoievski no siempre fue visto como el gran pensador que conocemos en la actualidad. Estuvo, incluso, a punto de morir con apenas 28 años de edad, por sus ideales del momento que “atentaban” contra el Gobierno del zar Nicolás I.
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Dostoievski se unió desde joven a un grupo de pensamiento liberal intelectual que buscaba “liberar” a Rusia de la autocracia del zar, motivo por el que fue encarcelado y condenado por conspirar contra el zarismo a través de ideas socialistas. Fue encarcelado junto con 100 personas, y condenado a muerte junto con otras 20.
El 22 de diciembre de 1849, hoy hace 174 años, fue la fecha estipulada para llevar a cabo el fusilamiento de estos subversivos. La humanidad estuvo a pocos minutos de perder, para siempre, las obras futuras de Dostoievski, hasta que algo inverosímil ocurrió.
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Mientras que los 20 condenados caminaban, con los que serían sus ataúdes alrededor y antes de que se les vendaran los ojos, llegó deprisa un jinete con una carta enviada por el zar Nicolás I. Los reos fueron indultados, salvados de la ejecución y enviados a Siberia a un campo de trabajo forzado.
El escritor ruso murió a sus 59 años el 9 de febrero de 1881, más de 30 años después, con grandes obras literarias en su repertorio y colaboraciones intelectuales con otros de sus grandes contemporáneos.
