Cortesía: _ Hulton Archive
Contrario a lo que podría esperarse, la obtención de una licencia de masajista no depende de habilidades manuales, experiencia o técnica, sino de la condición visual del individuo, por tal razón, en Corea del Sur, la práctica del masaje está reservada exclusivamente para personas invidentes, una peculiar normativa que data de hace más de un siglo.
Esta disposición respaldada por una ley que ha sido impugnada en múltiples ocasiones, ha generado debates sobre discriminación y oportunidades laborales. Sin embargo, el Tribunal Constitucional surcoreano argumenta que proporciona a los invidentes una vía de ingresos en un contexto donde las opciones laborales son limitadas.
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Cabe resaltar, que la normativa ha estimulado un mercado ilegal de masajes, desafiando la restricción que solo permite a personas ciegas ejercer esta profesión. Mientras aproximadamente 7.000 invidentes trabajan como masajistas, la cifra de personas sin problemas de visión que también ofrecen masajes alcanza los 12.000, alimentando críticas sobre la equidad y la diversificación laboral.
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