Foto: NASA
Esta semana se conoció que la NASA será la entidad encargada de remolcar a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) fuera de la órbita terrestre para llevarla al fondo del océano Pacífico. En mayo, las agencias espaciales que trabajan en la ISS acordaron que su fin llegará en 2030.
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A pesar de que en la Estación Espacial Internacional trabajan cinco agencias espaciales diferentes, corresponderá a la NASA encargarse de este proceso en solitario. Por eso, lanzó una convocatoria para empresas privadas de Estados Unidos que logren construir una nave remolcadora que pueda transportar esta estructura de más de 400 toneladas de vuelta a la Tierra.
La finalidad de la nave solicitada por la NASA se centrará, únicamente, en la actividad de salida de órbita de la Estación Espacial. Según esta agencia espacial, “Será un nuevo diseño de nave espacial o una modificación de una nave espacial existente que debe funcionar en su primer vuelo y tener suficiente redundancia y capacidad de recuperación de anomalías para continuar con el proceso crítico de desorbitación”.
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Debido a que es un esfuerzo de desarrollo de este tamaño, siendo el reingreso de un objeto espacial más grande de la historia a la Tierra, el vehículo de desorbitación tardará años en desarrollarse, probarse y certificarse.
Cabe destacar que las agencias que hacen parte del proyecto de la Estación Espacial son la Agencia Espacial Canadiense, la Agencia Espacial Europea, la Agencia de Exploración Aeroespacial del Japón, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio y la Corporación Espacial Estatal “Roscosmos”. Esta última se pensaba que tendría las tecnologías apropiadas para remolcar a la ISS de vuelta a la Tierra, pero las condiciones cambiaron cuando se conoció que operará hasta 2028.
