Foto: The Gun Violence Archive
Más de 2.900 personas han muerto desde que comenzó el año en Estados Unidos como consecuencia directa de ataques armados, una de las principales problemáticas de seguridad pública que enfrenta el país desde las últimas dos décadas. A pesar de los distintos intentos legislativos, el porte legal de armas aún no logra prohibirse o regularse.
Según The Gun Violence Archive, durante los dos primeros meses de 2024 se presentaron 64 tiroteos masivos a lo largo y ancho del país, dejando más de 2.598 víctimas fatales. Las consecuencias de estos aumentan de forma exponencial, pues en la primera semana de marzo los tiroteos aumentaron a 71 y las víctimas mortales a 2.903, incluyendo 47 menores de edad y 212 adolescentes.
De estos tiroteos masivos, 54 representarían tiroteos escolares, según recopiló la base de datos K-12 School Shooting Database. Solo durante 2023, se presentaron 346 incidentes de este tipo en Estados Unidos, dejando a 249 personas afectadas y 71 asesinadas. Esta cifra representa casi un tiroteo escolar por cada día del año.
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En 250 oportunidades, el sospechoso o responsable del tiroteo fue abatido por las autoridades, aparte de otros 128 incidentes en los que esta persona terminó con su vida tras perpetrar el hecho. Estos casos suelen ser realizados por motivos de odio, aunque este no sea necesariamente con bases raciales, sexuales o políticas.
Hasta este 8 de marzo, más de 5.000 personas han resultado heridas en tiroteos masivos en el país, alcanzando esta cifra una semana antes que en el transcurso del año pasado. En incidentes de tiroteos escolares, Iowa y Georgia son los estados que más víctimas registran: ocho en cada uno.
