El pasado sábado, el condado de Surrey, Inglaterra, se vio entristecido por la noticia del fallecimiento de Jason Holton, reconocido como uno de los hombres más obesos del Reino Unido. Según un comunicado emitido por su familia y citado por medios locales, Holton, de 33 años, falleció debido a un fallo orgánico.
Con un peso aproximado de 317 kilogramos, Holton enfrentaba serios problemas de salud derivados de su obesidad extrema. Su madre, Leisa, relató que la situación alcanzó un punto crítico cuando seis bomberos tuvieron que trasladarlo al Royal Surrey County Hospital después de un viaje en ambulancia. Detalló que los riñones fueron los primeros órganos en dejar de funcionar y lamentó que los esfuerzos médicos no pudieran salvarlo nuevamente.
El informe forense confirmó que Holton falleció a causa de una insuficiencia orgánica relacionada con su obesidad. Su vida estuvo marcada por una lucha constante contra este problema, que aparentemente se intensificó en su adolescencia tras perder a su padre. Vivía en un bungalow adaptado para su comodidad, proporcionado por las autoridades locales, y durante sus últimos años enfrentó una inmovilidad severa y dificultades respiratorias, confinado completamente a una cama.
El caso de Jason Holton refleja los desafíos que enfrentan las personas con obesidad extrema y subraya la urgente necesidad de concienciar sobre la importancia de la salud y el bienestar, así como de abordar adecuadamente los problemas relacionados con la obesidad en la sociedad.
