Un caso de maltrato animal ha causado indignación en la comunidad de la vereda La Chava, en Barrancabermeja, después de que se divulgara en redes sociales un video mostrando a un perro, identificado como Doki, atado con cinta para empaque a un poste de alumbrado público. El responsable de este acto justificó su acción alegando estar cansado de que el animal defecara frente a su vivienda.
El video ha circulado ampliamente, provocando el rechazo generalizado de la comunidad y llamando la atención de las autoridades y organizaciones protectoras de animales. En las imágenes, se escucha a una persona argumentar que el canino, al hacer sus necesidades cerca de su casa, le obligaba a constantes limpiezas, a pesar de haber solicitado a la dueña del animal que lo mantuviera amarrado.
Vecinos del sector y activistas por los derechos de los animales han expresado su profundo descontento ante el hecho, calificándolo de inhumano y exigiendo que se tomen medidas legales contra el autor. “Esto no tiene nombre coger a un animal de esa forma. El animalito no tiene la culpa. Debería ir preso el que hizo eso”, señaló uno de los habitantes del área.
La Junta Protectora de Animales de Barrancabermeja ha sido una de las voces más críticas, enfatizando la gravedad del abuso y la necesidad de aplicar las sanciones correspondientes. Yaneth Ojeda Bayter, representante de la organización, destacó que este acto constituye una clara violación a las leyes de protección animal vigentes en Colombia, en particular la ley 1774 y el código de policía, que prevén la judicialización en casos de maltrato.
En respuesta al incidente, la Policía Ambiental acudió al lugar para liberar al animal y trasladarlo a un centro veterinario para su evaluación. Jorge Luis González, médico veterinario encargado del caso, afirmó que el maltrato emocional es evidente y que se tomarán medidas legales para asegurar que el responsable enfrente las consecuencias de sus actos. Además, hizo un llamado a la comunidad sobre la importancia de la tenencia responsable, recordando que los dueños deben atender las necesidades de sus mascotas y evitar situaciones que puedan derivar en daños a terceros o a los propios animales.
Este lamentable episodio ha reavivado el debate sobre el trato a los animales y la responsabilidad de la comunidad en proteger a los más vulnerables. La situación de Doki es un recordatorio de que la compasión y el respeto por todas las formas de vida deben ser principios fundamentales en nuestra sociedad.
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