Johana, Eliana y Vivian, son algunas de las mujeres embera que han decidido unirse para crear una comunidad de apoyo después de haber vivido castigos conforme a su identidad de género, ahora han encontrado en Santuario, un pueblo cafetero de Colombia, un hogar donde pueden vivir sin documentos que las definan.
En Embera no existe la palabra “transexual” o “transgénero”. Su relación, según el dialecto de cada lugar, sería mukira pa, hombre falso, o wera pa, mujer falsa. Pa es lo falso, mostrar lo que no es.
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Eduardo Montoya Pérez, asesor externo de Fundación Plataformas destaca que tanto las agendas de diversidad sexual como las políticas gubernamentales han ignorado esta problemática por lo que advierte sobre el creciente número de mujeres trans que abandonan sus comunidades de origen para establecerse en Santuario, en el departamento de Risaralda.
Ser tanto indígena como transgénero representa un doble abandono en un contexto donde estos sectores, considerados por separado, han enfrentado históricamente la exclusión y la marginalización.
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