Originalmente, la palabra solo se refería a aquellos que perdieron la vida a causa de la persecución, tortura y/o profesar el catolicismo, y deriva su etimología del concepto latino tardío “mártir”, paralelo a la palabra griega “marty” cuyo significado original era ‘testigo’, refiriéndose a las personas que han continuado profesando su fe y religión a pesar de sufrir la calamidad de la tortura.
Parece haber sido recopilado por primera vez en la edición de 1780 del diccionario de la Academia y tiene el siguiente significado: «Por amor y para defender la verdadera religión, fe o ideología católica y el evangelio de Jesucristo». que sufre de tremendo trabajo, privaciones y calamidades.
Por tal motivo, la Iglesia Católica, comenzó a denominar como mártires a todos aquellos que se acogieron a esta confesión religiosa y, por ello, padecieron suplicios y tormentos (martirios).