Los hámsters utilizan sus mejillas, que tienen bolsas especiales en forma de sacos en el interior, para llevar a cabo una función muy importante en su vida: almacenar comida. Estas bolsas en las mejillas de los hámsters les permiten recolectar y transportar alimentos, como semillas, frutas, verduras y otros pequeños objetos comestibles, desde su lugar de origen hasta su madriguera o lugar de almacenamiento.
Cuando un hámster encuentra comida que le gusta o que quiere llevar a su refugio, llenará sus mejillas con estos alimentos. Pueden llenar sus bolsas hasta que parezcan tener «mejillas hinchadas» o «bultos». Una vez que han almacenado suficiente comida en sus mejillas, regresan a su madriguera o guarida y descargan su contenido en un lugar seguro para su consumo posterior.
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Estas bolsas de almacenamiento en las mejillas son una adaptación evolutiva que ayuda a los hámsters a sobrevivir en su entorno natural, donde pueden necesitar recolectar y guardar alimentos para comer más tarde, especialmente cuando no pueden encontrar comida con facilidad. Es una estrategia que les permite tener acceso a una fuente de alimento cuando lo necesitan, incluso si no pueden salir de su refugio por un tiempo.
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